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En alguna ocasión platique con una persona encargada de una congregación, y le pregunte por qué no enseñaba la doctrina de la justificación a las personas a lo cual me contesto que si enseñaba esa doctrina las personas, las personas se inclinarían por vivir una vida en pecado.



Esto no es verdadero en el creyente genuino, ¿Por qué?

Porque la Doctrina de la Justificación por la fe en el sacrificio de Cristo causa en el creyente una necesidad de santificación constante en su vida y una lucha hasta la sangre contra el pecado.

Pero lo que sí es verdad que también causa en el inconverso una vida licenciosa para pecar.



He aquí donde se cumple la escritura- “El que es nacido de Dios no practica el pecado (no vive un estilo de vida pecaminoso), porque la simiente de Dios permanece en el y no puede pecar” 1Jn 3:9



No debemos de tener miedo al enseñar todo el consejo de la Palabra de Dios, tampoco debemos tener miedo de incomodar a los miembros de las iglesias con temor a que se puedan ir, pues es cierto que se irán muchos, pero solo los verdaderos hijos de Dios dirán como lo hizo Pedro ante la pregunta de Jesus-  A dónde iremos, si solo tú tienes palabras de vida eterna.



No importa que queden unos cuantos,  pero esos voltearan al mundo de cabeza, Cristo alimento 3000 y luego 5000 aproximadamente sin contar mujeres y niños, y estos mismos iban a escucharlo,  pero Cristo a muchos de ellos les dijo que no lo seguían por  que habían visto las señales, sino porque les había dado de comer; así hoy en día pasara lo mismo, las iglesias están llenas de estas personas pero tú no temas, porque en el día de pentecostés despues del ministerio de 3 años solo había 120 reunidos en aquel día, muchos dirán, ¿Entonces el ministerio de Cristo fracaso ? En ninguna manera, porque los que había Dios determinado que estuviesen allí lo estaban y hasta el día de hoy ha prevalecido la Iglesia del Señor, pues nunca la cantidad ha marcado la diferencia, lo que hace la diferencia es obedecer y anunciar todo el consejo de la Palabra de Dios sin importar las consecuencias en las personas, pues sabemos que el mundo no nos escucharan , porque al mundo oyen , pero los que son de Dios escucharan su Palabra, porque si quisiéramos agradar al mundo, dejaríamos de ser siervos de Dios.



Así que no tengas miedo y cobra fuerzas, si te hacen falta obreros, ruega al Señor de la mies que envíe mas obreros a su mies y el los enviará, prepara soldados capaces de blandir la espada del Espíritu Santo que día a día sean como los de Berea  que día a día escudriñen la Palabra de Dios para ver si lo que pasa es de Dios o no lo es, que tengan la confianza en la Palabra de Dios que no importa cuál sea la situación siempre estará confiado que mas son los que están con el que con el enemigo como sucedió con Eliseo cuando se vio rodeado de sirios en aquel valle.



Así que mis amados hermanos, firmes y adelante huestes de la fe, sin temor alguno que Jesus nos ve.

© Iglesia de la Gracia

Teme a Dios, no al mundo.
Hno. Isaac Rodriguez   9 oct 12

Teme a Dios, no al mundo

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